10 de julio de 2020

¿Por qué no me enseñaron esto en la escuela?


La educación financiera debería ser un derecho. 

     La primera vez que alguien me pidió mi CLABE bancaria le quise corregir la ortografía. Afortunadamente mi papá estaba presente para aclararme qué era y que se escribe con B. Desde entonces he visto la misma confusión en montón de personas: desde los que, como yo, quieren que se escriba "clave", hasta los que de plano me han revelado el NIP de su tarjeta por error. 

    De niña yo quería ser veterinaria. La vida dio muchas vueltas y terminé trabajando en una PYME que da servicios financieros. A lo largo de los años, y como consecuencia de mi trabajo, he ido coleccionando un montón de ejemplos que reflejan un sola realidad: nos hace falta educación financiera. Entre los casos más comunes que me han tocado están: no saber qué es la CLABE, considerar una tarjeta de crédito como dinero extra, creer que pagar el mínimo de una tarjeta de crédito es una buena decisión, aceptar todos los créditos que se ofrecen sin considerar las condiciones, no saber escribir o cobrar un cheque, etcétera. Nos urge educación financiera y nos urge recibirla lo antes posible. 

    Al alcanzar la mayoría de edad nos hacemos acreedores de un paquete intangible de derechos, posibilidades y obligaciones. De un día para otro puedes comprar alcohol y cigarros, votar, manejar un auto, adquirir un crédito y pagar impuestos sin la supervisión de un adulto.  De hecho se espera que hagas todo esto SIN la supervisión o consejo de nadie más. En el mejor de los casos, alguien te habrá dado alguna instrucción previa que te permita saber qué esperar y hacer. En el peor de los casos estás absolutamente solo o todos a tu alrededor están igual de perdidos y confundidos que tú.     

    ¿Por qué no me enseñaron esto en la escuela? A mí y a todos los demás. En más de una ocasión he fantaseado con que se den clases de educación financiera básica en secundaria. Que te enseñen qué es un RFC, cómo leer un estado de cuenta bancario,  llenar un cheque, entender y comparar el CAT de un crédito. Imagino un país donde todos sepamos, mucho antes de abrir una cuenta, para qué sirven los tres numeritos de atrás de la tarjeta bancaria, que la CLABE tiene 18 dígitos, que tarde o temprano todos pagamos impuestos (y podemos hacer deducciones). Que tener herramientas para enfrentar y navegar tu vida financiera sea un derecho tanto como lo es saber leer, escribir, sumar y restar. 

    Solemos escuchar que la respuesta de buena parte de los problemas del país es garantizar el acceso a la educación y mejorar la calidad de la misma. Bien, pues incluir finanzas personales en dicha educación sería un gran paso para tener ciudadanos con finanzas más saludables, reducir brechas en la población y fortalecer la economía de la nación. 

    Afortunadamente esta idea ya permea en las altas esferas del gobierno mexicano. Desde octubre de 2019 Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública de México, señalaba la importancia de sensibilizar a las niñas y niños en temas financieros desde edad temprana. En marzo de 2020 se presentó la Política Nacional de Inclusión Financiera. De acuerdo con lo anunciado por el Consejo Nacional de Inclusión Financiera (CONAIF) y el Comité de Educación Financiera (CEF), uno de los pilares de esta política es promover la educación financiera entre la población en edad escolar. Se contempla agregar contenidos de educación financiera en los libros de texto gratuitos. Sinceramente espero que la pandemia no provoque un aplazamiento, o peor aún, que esta iniciativa quede en el olvido. 

¿Qué has aprendido en tu vida financiera que te hubiera gustado que te enseñaran en la escuela? 

¡Déjanos un comentario y nos vemos en el siguiente tip!


    

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